domingo, 25 de diciembre de 2011

no estaba aqui para entretener a nadie.

me sorprendió cuando separe la palabra "entretener" en dos

( entre - tener )

entonces me imagine dos manos jugando pin-pon con la cabeza de alguien.

Acabo de ver una película con mi hermanito, mi hermanito tiene 14 años, creo, y la película era "tekkon kinkret".

Me imagine a alguien sentado delante de una pantalla viendo una película de su propia muerte, y que cuando el video terminara, ese alguien dijera;

- no me gustó la trama..., osea, como que era buena pero al final guatiaba-


Pensé en esas pequeñas cosas que se pierden por que nadie las ve, o en las grandes cosas que todos ven y que ya a nadie conmueven.

Veo esas manos con paletas de pin-pon, jugando con personas, creando la ilusión de que el simple movimiento es sinónimo de estar viv@s, aunque no sea más que dar vueltas, sobre un estrecho lugar de la realidad en que decidieron quedarse a vivir para siempre.
Veo a esas mismas personas sosteniendo los muros que los hacen rebotar de un lado a otro, mirando todo con la seguridad de conocer plenamente todo aquello que está dentro de sus márgenes, ignorando que del otro lado está el infinito.

Y ahí se "entre-tienen", se mantienen mientras pasa el tiempo, olvidandose de la sorpresa, de la ignorancia, dejando que se les escurra la vida, escurriendo la vida de otr@s.

Tan estrecha es la mesa de pin pon, que no importa si el mundo está en llamas, como la canción de prietto, ni si alguien te habla y te grita intentando mostrarte nuestra miseria, no importa si es tu propia muerte lo que está de fondo, las personas en la mesa seguirán "entre-tenidas", buscando la manera de no romper esos márgenes que los mantienen en su cómoda pero no menos miserable realidad.

no quiero que mi hermano se quede arriba de la mesa de pin pon, no quiero que nadie lo entre-tenga, me gustaría que fuera lo más dueño de si mismo que se pueda, y que ocupara el lugar del infinito en la realidad, que estoy segura que esas pequeñas felicidades son sinceras y más grandes que cualquiera de sus sonrisas acostumbradas.