miércoles, 15 de marzo de 2017

cables estropeados

todos los universos son infinitos, y cualquier cosa puede ser un universo, hay tantos infinitos en los que vivir, que aveces aunque estemos cerca no coicidimos, y otras veces si.

Los infinitos aveces son como cables electricos, otras veces ondas de sonido, otras veces como un ventilador. los cables se cruzan, las ondas se confunden y los ventiladores se ventilan.
los cruces pueden ser mortales, las confusiones pueden ser dolorosas, y las ventilaciones pueden ser vacías.
Hay cosas que en su momento tienen que morir, ese momento llega por si solo lo elijamos o no, hay otras que se convierten en algo que parece eterno, y hay otras que viajan al mismo tiempo que nosotros y no tienen por qué morir antes.
Mientras tanto las confusiones nos muestran nuevos infinitos, pasamos de ser cables eléctricos a ventiladores en un segundo y no paramos de girar.
Cuando podemos parar, nuestro mismo aire nos ventila y podemos entender desde lejos todo lo que pasa.
mirarnos en el espejo desde otro lugar.

miércoles, 1 de marzo de 2017

critica al feminismo

La historia de la humanidad construyó millones de piezas que conforman nuestra cultura, algunas se construyeron por miedo y otras por amor.

Nacimos en un mundo lleno de objetos y de reglas que no elegimos. Millones de conciencias fueron criadas en medio de esta devastación. Las personas olvidaron que cosas eran ficciones y que otras cosas estaban ahí desde siempre.

Crearon una nueva naturaleza.

Esas conciencias que habitan cuerpos y objetos nos criaron a nosotrxs desde nuestro nacimiento.

Nos asignaron roles según nuestro sexo; “mujer” y “hombre” es una ficción que nos obligaron a jugar. Con el tiempo la aceptamos como parte de nuestra naturaleza, asumiendo sobre cada género una carga histórica e ideológica.

Nuestra cultura nos propone una ideología de la imagen “femenina” y otra “masculina”

La imagen masculina ocupa los roles de poder, la parte “activa” de nuestra sociedad. La imagen femenina ocupa un rol que complementa al rol del hombre, se ocupa de las cosas mundanas, ha tenido en la historia siempre el lugar de la “pasividad”.

En la relación sexual entre ambos géneros, el hombre ocupo también el lugar “activo” y desde su “poder” construyó a la imagen femenina como un objeto de deseo. La mujer ubicada ideológicamente y materialmente en una posición de fragilidad, proyectó en el hombre la imagen de una especie de héroe y en ella la imagen de una víctima.

Esta relación entre ambos sexos existe desde hace muchísimo tiempo atrás, y aunque un genero ocupe el lugar “activo” y el otro genero sea “pasivo”, ambos géneros fueron sometidos a este esquema.

En la historia muchas personas se sintieron incómodas dentro de esta estructura e intentaron quebrar con este modelo de conducta. El feminismo surge como una respuesta de las mujeres, cansadas de esta posición de “fragilidad” material e intelectual, buscando una igualdad de poder entre ambos géneros.

Esta fluctuación del poder comenzó a liberar también a los hombres de esta perpetua “actividad”, sintiéndose también libres de reflejarse en aspectos que antes eran solo femeninos.

Nuestra sociedad compleja y complicada construyó muchas estructuras verticales de poder, el patriarcado es una, pero no es la única, existe también la sociedad de clases, el nacionalismo, la heteronormatividad, el antropocentrismo, se discrimina a la naturaleza, a los niñxs, a lxs locxs.

Es importante romper con la estructura patriarcal y con todas las estructuras de poder que ubican a ciertos seres por sobre otros. El feminismo es una lucha especifica por demoler los aspectos en los que la mujer a sido una victima histórica. Pero muchas veces cae en el error de convertir a la mujer en una victima absoluta, siendo esta la misma posición en la que el patriarcado nos ubicó; como todos los cuentos de Disney.

Una mujer de clase alta, adulta y cuerda tendrá probablemente muchos mas privilegios que un hombre pobre del tercer mundo.

La violencia es una fuerza que se ha ejercido desde las diferentes estructuras de poder vertical, pero también es una fuerza que habita en cualquier ser humano capaz de ejercer su energía vital para someter a otro, y en ese sentido las mujeres también han sido victimarias en la historia y en sus relaciones cotidianas. Pensar a la mujer como una víctima absoluta de la historia es volver a renegar nuestro poder sobre la vida.

Hemos sido victimas de una ideología eso no se puede negar, pero también hemos sido victimarias e incluso cómplices de nuestro propio maltrato al aceptar ese rol de victima que en muchas circunstancias evitarlo era muy simple.  Nos hemos autosometido y autodiscriminado por no haber podido recuperar a tiempo el poder sobre nosotras mismas. No podemos culpar solo al género opuesto, por que el machismo esta también dentro del género femenino. Y la violencia es una realidad que atraviesa a la historia de la humanidad mas allá de su género.

Esta imagen de victima perpetua, lleva al género femenino a no poder reconocer los momentos en los que se convierte en victimaria, posicionando en todos los casos de violencia reciproca en la pareja, al hombre como el agresor.

Por ejemplo;

A – Un hombre maltrata psicológicamente a una mujer, ella lo golpea, y el hombre le devuelve el golpe. La violencia femenina estará justificada por la violencia psicológica y el hombre quedará como el agresor.

B - En el caso contrario; la mujer maltrata psicológicamente a un hombre, el hombre golpea a la mujer y la mujer le devuelva el golpe, el hombre también quedará como el agresor, ya que la violencia femenina se justificará en la lógica de la defensa propia.

En la sociedad “machista” muchas veces la violencia contra la mujer se justificaba tratando a la mujer como una propiedad del hombre, como una lógica aceptada en las relaciones de pareja.

Pero esto no ocurre en todas las relaciones, menos hoy en día, ya que desde hace mucho tiempo que existe también la idea de que “a las mujeres no se les pega” (por mas que en muchos casos no se respete). El punto es ubicar a la mujer en un lugar de debilidad y a la vez de privilegio, ya que los hombres si pueden golpear a otros hombres y eso esta socialmente aceptado. También está socialmente aceptado que la mujer golpee a los hombres cuando considera que ha hecho algo indebido, millones de imágenes que inundan nuestra vida lo demuestran.

El Patriarcado y todas las estructuras de poder vertical nos han convertido en victimas a todxs sin importar el género. Es importante reconocer las distintas  maneras en que cada género ha sido violentado.

Pensar a la mujer como la única victima de la historia es naturalizar el sometimiento del hombre frente al sistema.

Por ejemplo;

El hombre ha sido históricamente quien sustenta el hogar (sabemos que hoy en día ya no es tan así) Desde la óptica feminista, la mujer a sido sometida a la dependencia económica del hombre, y es cierto. Pero también el hombre a sido históricamente sometido a la lógica del trabajo, casi siempre explotado. Si esta misma situación fuese al revés, y la mujer fuese el sustento económico de la familia, probablemente también se lo adjudicarían al machismo.

Lo mismo pasa con la guerra; si enviaran solo a mujeres al frente, probablemente también se lo adjudicarían al machismo. (esperemos que esto nunca vuelva a pasar)

Creo que es importante comprender para seguir creciendo, que ambos géneros hemos sido víctimas del machismo y de todas las estructuras verticales del poder.

A las mujeres les tocó una parte y a los hombres otra, creo que para velar por una existencia más igualitaria, es importante sacar a la mujer del rol de víctima eterna y someter a juicio critico su poder de la misma manera en que se está haciendo hoy en día con los hombres, y reconocer al hombre también como una víctima de este sistema, por mas que ideológicamente se ubique al “macho” en el lugar dominante, esa “dominación” también fue impuesta y también es represiva.

El feminismo se encarga de analizar solo de una parte, de ahí viene su nombre y estuvo bien, era necesario. Pero para seguir creciendo, me parece importante construir una ideología que sume la perspectiva de ambos géneros para poder destruir definitivamente esta ficción, y en un futuro comprender que nuestro sexo no tiene por que trascender a una condición existencial, ni buena, ni mala.